
Esta vez, en medio de un lugar lleno de arboles llamado "Ilusión", el sol brillaba como pocas veces solía alumbrar, seres de todas formas revoloteaban por allí y un extraño ser de cuatro patas se posa en las piernas de un hombre pocas veces visto por allí.
El pobre animalito andaba mitigando un poco de cariño, un momento de juegos, un momento que simplemente, estén aquel hombre con mirada perdida en aquellos arboles y el pequeño perro...
Un silencio estremecedor deja al descubierto que algo inesperado va a ocurrir... El bosque se oscurece, cielo se abre, un par de carros tirados por caballos con las de fuego y cinco lanzas se abren paso por aquellos bosques de Ilusión. Las figuras de los jinetes eran difusas como si un poco de humo negro obligara a frotarse los ojos para poder ver entre tan tamaña bestialidad y maldad.
El hombre que atónito miraba a aquellas apariciones no atinó a nada, se quedo estupefacto, como si la alegría que tenía en su corazón hubiese salido huyendo como un ser cobarde con vida propia. No quedaba más remedio que quedarse, el corazón latía fuertemente, respirar se hacia dificultoso y el perro, tan bello y en estado de abandono aún seguía de pie, firme junto al hombre que por un momento de su vida le extendió un poco de cariño y afecto.
Como es lógico todo tiene un final, aquellas bestiales formas siguieron su camino, tras esa aparición, no dijeron nada, no hubo discursos, ni saludos ni despedida, simplemente se fueron.
Unas decenas de años después, el mismo hombre hecho ya un anciano decide volver a los bosques de Ilusión donde tarde o temprano lo esperaría aquella mujer que lo espero durante toda su vida. La muerte."
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