miércoles, 24 de octubre de 2012

"Recuerdos envasados en un frasco de mermelada"

Cada día es una aventura nueva, cada segundo es un regalo, el presente es volátil como las hojas que caen de los árboles en otoño. Cada pequeño acontecimiento es, sin duda alguna, una caricia al corazón.

Son muy pocas las posibilidades que tengo para compartir un momento especial con mi familia, la universidad, los ensayos, el trabajo, el ir y venir de aquí para allá con la cabeza perdida en los pensamientos que sabes hasta el cansancio que no te llevan a  ninguna parte.

No todo es eterno ni  mucho menos una tortura,simplemente la vida es así, cada hecho es un aporte a tu enriquecimiento personal como aquel frasco de mermelada, quizá sea la más emotiva y sabrosa de todas.

No voy a contar como llegó a mis manos tan dulce y delicioso sabor, pero si aquellos recuerdos que se me vinieron a la cabeza, como cuando en época infantil, las tardes de invierno eran, con mis abuelos, las personas más respetables y honorables que hay en mi vida, mi madre, mis tíos y primos, todos reunidos en la misma mesa, los adultos centrados en sus placenteras conversaciones sobre los demás, nosotros los pequeños de ese entonces riéndonos de las travesuras que solíamos hacer en el patio de la casa, de aquella carpa con las sábanas nuevas de la abuela, que terminaron siendo amarradas con trozos de alambre y el más oxidado que hayamos. Vaya, que eramos felices.

Aquel frasco de tan delicioso elixir me trajo a la memoria momentos que creí olvidados, aquellos tirados en el corazón, pero que eran intocables, su sabor, y el favorito de mi querido abuelo, eran para recordar, recordar sus gustos, sus aventuras, de saber que era su mermelada favorita, que, hace años compraba la misma mermelada para acompañar la misma tacita de te.

De la memoria, la memoria es un elemento frágil e importante, donde las cosas más insólitas se quedan allí, como esas veces en que mi viejito, tomaba un trozo de pan, lo untaba en su mermelada y se lo llevaba a la  boca y siempre se manchaba el mismo lado derecho de su boca. Como quisiera poder devolver el tiempo, decirte lo importante que eres en mi vida, lo solo que, en muchas ocasiones me siento, al llegar de la universidad a la casa, donde en aquellos cinco o diez minutos de una conversación seria me decías que te alegrabas de mis logros, mientras tratabas de no desviar tu atención de la TV, donde siempre y todos los días veías el noticiario, el de la mañana, los informativos durante todo el día, Telediario que daban a eso de las 19.00 horas, 24 horas vespertino, 24 horas edición central y si era posible las noticias de media noche.

Me he vuelto un nostálgico de aquellos años que fueron buenos y que no volverán...

Mi viejito hermoso, solo queda tu recuerdo, aquel recuerdo oculto entre los aromas de la cocina y los sabores que esconden los alimentos... Y por sobre todo, el recuerdo más hermoso que hayas podido dejar. Tu familia.

Donde quieras que estés  ese frasco de mermelada siempre estará en mi memoria, en mi vida, en mi afecto y en el amor.

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