martes, 9 de abril de 2013

"El Oficio del Mago Errante"

"La lluvia caía incesantemente en el bosques cercanos a los límites del planeta, los rayos iluminaban aquel cielo, el viento obligaba a cantar a las ramas de los árboles, ya nadie era capaz de recorrer aquellos lugares por miedo, por frío y porque el panorama era desolador, árboles caídos, duendes sin hogar, animales corriendo despavoridos, desorientados.

El clima cada vez era más implacable, nadie se podía resistir a él, pero, por cosas de la vida, un mago errante, empuñando su bastón blanco, como los espíritus que cuidaban las cercanías del bosque. Este caminó en medio de tan brutal tormenta buscando la forma de poder llegar a un lugar que el recordaba haber visitado en su infancia, el famoso Nogal de los enanos, donde él había guardado su arpa dorada, la cual le permitía poder calmar a los animales, hacer cesar la lluvia y calmar las tormentas.

Mucho fue el andar del mago, sus años vividos le estaban jugando una mala pasada, no se resistía a la tentación de dejar de lado su labor para poder entregarse al cansancio, a la vejez y a la muerte, sin más demora el mago, con una sonrisa plena cayó al piso perdiendo toda esperanza de poder completar su   misión.

Sus ojos se cerraron, su rostro rápidamente comenzó a palidecer y su cuerpo a enfriarse, hasta que entre los árboles aparece una ninfa, vestida toda de verde, con un cabello largo hasta su cintura, de ojos color miel y mirada cariñosa. Ella era la guardiana de los secretos de los bosques, quién, con infinito asombro se percata que era el viejo mago errante, observa a su alrededor y se da cuenta que, el alma del mago, estaba sentada a su costado. Observándola con detención el espíritu del mago le pregunta: -¿Qué intentas hacer con mi cuerpo?-, la ninfa, con su rostro sereno y amable le responde: -Mis hermanos animales están sufriendo las consecuencias de este cambio tan repentino, necesitan de tu ayuda para poder continuar viviendo en paz-, un incómodo silencio de apodero de aquellos místicos seres, el mago simplemente sonríe, observa a su alrededor y responde:- Ya es tarde no hay nada que hacer-. La ninfa del bosque asombrada se da cuenta de un detalle, el alma del mago sigue atada a su cuerpo, hace una pausa y le dice:- Espérame aquí traeré tu arpa-, en un haz de luz desaparece.

El mago un poco contrariado, sabía en el fondo de su alma que su muerte significaba recuperar el arpa perdida y dar el nuevo equilibrio a aquél mágico lugar, hasta qué sin darse cuenta estaba nuevamente ante sus ojos la ninfa de los bosques y entre sus manos su vieja y querida arpa dorada.

La Ninfa, antes de poder entregar el arpa, se acerca al cuerpo del mago, con su diestra busca el lugar del corazón del mago y con gran esfuerzo lo vuelve hacer latir. El alma del mago resplandece con nuevo brillo, sus largos cabellos blancos ahora tenían color marrón, su piel antes seca y ajada, ahora era suave y tersa, sus ropajes seguían siendo blancos junto con su bastón.

Asombrado el mago pide el arpa, se sienta e interpreta la melodía más hermosa que el mundo jamás a escuchado, trayendo como consecuencia, el cese de los truenos y relámpagos, las nubes de disiparon dejando ver una bóveda negra y estrellada, la luna iluminaba con su máximo esplendor, los búhos ululaban de felicidad, los árboles comenzaron a florecer y cada animal del bosque recupero su felicidad.

La Ninfa del Bosque, asombrada por tal majestuosidad de la melodía cae a sus pies, sin pensarlo lo observa y desde el fondo de su alma le da las gracias y deja notar su deuda eterna. El Mago, mas tranquilo le dice:-Querida y hermosa Ninfa de los Bosques, gracias por devolverme la vida y la esperanza, dame la oportunidad de tomar tu mano para que recorramos el mundo regalando amor y felicidad a quienes lo necesitan-, la Ninfa, con sus ojos húmedos por las lágrimas producto de tan hermosa proposición acepta.

Desde ese momento en adelante, todos los bosques han prosperado, siempre llenos de color, de aromas y de sensaciones, animales silvestres cada vez mas felices y por sobre todo amor, ese amor que el Mago y la Ninfa les han dedicado por el correr de los siglos"

Bueno queridos lectores, otra pequeña inspiración.
Que la paz reine en sus corazones
Adanedhel.